Área de Estudios Hebreos y Arameos

El Grado en Estudios Hebreos y Arameos que se imparte en la Universidad de Salamanca ofrece una formación académica única en Europa. La implantación de este Grado consolida los vínculos humanísticos de la Universidad de Salamanca con los estudios hebreos y arameos, ya presentes en esta institución desde la primera mitad del s. XIV a través de la Cátedra de Trilingüe (hebreo, arameo y árabe). El grado ofrece una formación rigurosa en el conocimiento de las lenguas y culturas hebreas y arameas desde sus etapas lingüísticas y literarias más tempranas hasta la actualidad, además de la posibilidad de cursar otras lenguas semíticas. El título responde así al interés que sigue suscitando en nuestra sociedad el conocimiento de las bases históricas y literarias de la Biblia, las tradiciones sociorreligiosas del pueblo judío y su legado cultural tanto en España como en el resto de Europa. Además, el título ofrece al interesado una adecuada formación para introducirse en el mundo de las culturas arameo-parlantes.

Si hubo en la historia de la Universidad española algún centro especialmente vinculado con los estudios hebraicos, ese fue, sin duda, la Universidad de Salamanca. El Estudio salmanticense fue enriquecido por la primera mitad del siglo XV con los estudios de lengua hebrea y aramea que junto con el árabe (las llamadas «tres lenguas») pertenecían a la Facultad de Teología. Así figuran en las Constituciones que Benedicto XIII concede a la Universidad salmantina el 26 de junio de 1411.

Resumen

Denominación:
Grado en Estudios Hebreos y Arameos
por la Universidad de Salamanca

Centro responsable:
Facultad de Filología

Centros en los que se imparte:
Facultad de Filología

Tipo de enseñanza:
presencial

Idiomas en los que se imparte el título:
hebreo y español

Las numerosas comunidades judías dispersas por toda la Península, las disputas teológicas que las autoridades civiles y eclesiásticas sostenían con los más acreditados rabinos del momento, y el numeroso contingente de judíos «cristianos nuevos» de difícil y compleja asimilación a la sociedad de cristianos viejos, fueron factores decisivos para los incipientes estudios de filología hebrea y aramea. El clero hispano, eficaz impulsor de los centros académicos, sintió la auténtica necesidad de conocer, por sus propios medios, las lenguas hebrea y aramea, para, mediante una seria investigación, enfrentarse a los textos veterotestamentarios, a la Misnah, al Talmud y a los comentarios rabínicos. La Septuaginta, la Vulgata y la Patrística ya no eran suficientes.

Los «cristianos viejos» nunca cultivaron estos estudios, y el Estudio salmantino superó el problema, acogiendo la colaboración de eminentes judeoconversos. Ellos serán los primeros maestros de los comentaristas y exegetas bíblicos. Sirvan de ejemplos representativos Alonso de Zamora, catedrático de Hebreo en el Estudio salmantino desde l508 hasta l512; el maestro Pablo Coronel perteneciente a la poderosa familia de Rabí Abraham Seneor (Fernán Pérez Coronel), destacado colaborador de la Políglota antes de ser «catedrático de Hebraico» de la Universidad salmantina en l531. A este último, le sucedería en l549 Alonso de Montemayor, maestro en Sevilla de Benito Arias Montano.

Créditos

Por módulo Créditos
Lengua, Literatura y Cultura 141
Formación filológica básica 60
Formación transversal básica 12
Formación filológica complementaria 15
Trabajo de Fin Grado 12
Tipo de materia Créditos
Formación básica 72
Obligatorias 141
Optativas 15
Prácticas externas 0
Trabajo de fin de grado 12
Créditos totales 240

Pero la segunda mitad del siglo XVI, con complejos intereses entre los que gravitaba la implantación en el Estudio salmantino de los estatutos de «pureza de sangre», señala la decadencia de los estudios hebraicos. Martín Martínez de Cantalapiedra, descendiente también de judeoconversos, impartiría la enseñanza del hebreo hasta 1572, año en que fue detenido y procesado por el tribunal inquisitorial de Valladolid, siendo absuelto en instancia cinco años más tarde.

El Colegio Mayor de San Jerónimo o Trilingüe, fundado por el emperador Carlos V hacia el año l534, albergó a estudiantes de hebreo.

Del esplendor de este pasado queda un recuerdo en el silente claustro renacentista de nuestro antiguo edificio universitario. Sobre el dintel de la puerta de la popularmente llamada «aula de Fray Luis de León» que fue antiguamente General de Teología, figura una inscripción en caracteres hebreos en la que se recoge el versículo 8 del capítulo 10 del II Libro de Reyes.

También de «aquellos estudios» queda una constancia melancólica, en una de las laudas del claustro bajo que, como las demás, pregona los saberes que allí se profesaron y son, en este caso, las lenguas hebraica, caldea, árabe y griega:

Linguis/Hebraicae, Chaldaicae, Arabicae,/Graecae, ut omnis pateat ad/sapientiam aditus, Senatus/publicum Iudum statuit.

 

Este rápido recorrido histórico pone de manifiesto sin ninguna duda la estrecha vinculación de la Universidad de Salamanca con los saberes hebraicos. Incluso con algunos de los miembros de su aljama. Porque de cordiales se pueden calificar las relaciones  de los judíos salmantinos con el Estudio. Libreros y pergamineros judíos abastecían de material a las aulas universitarias, y médicos judíos servían como tales a profesores clérigos de la Universidad.

Desde este incomparable marco de secular historia en el que florecieron los estudios de lengua hebrea, nos ponemos de un salto en su historia más reciente. Y la paradoja nos sale al paso pues, siendo la cátedra de Lengua y Literatura Hebreas de la Universidad de Salamanca, históricamente la más antigua de Europa junto con las de Roma, Bolonia, París y Oxford, es sin embargo, la más joven en el ámbito de la Universidad pública española. Y es que su antigüedad prosiguió con desigual fortuna hasta el año l936, cuando era regentada por el profesor R. Bermejo Mesa, sucesor del profesor F. Cantera Burgos.

Tuvo que transcurrir una veintena de años para que volviera a convocarse en 1957, e inmediatamente fue anulada por motivos que nunca se dieron a conocer de manera oficial. Su dotación económica se incorporó a una cátedra de filología moderna, concretamente la francesa. Llevaba, pues, más de medio siglo suprimida cuando la Universidad civil salmantina decidió recuperarla de nuevo, como parte de su glorioso pasado, dotándola en 1990, como cátedra de Estudios Hebreos y Arameos.

Se zanjaba, así, una vieja deuda humanística de los saberes salmantinos consigo mismos, y muy en particular con otra lengua de rica y profunda tradición en esta Universidad, la lengua árabe.

La cátedra de Estudios Hebreos y Arameos echó a andar como materia complementaria y optativa —al igual que la de Estudios de Árabe e Islam, con la salvedad de que esta área sí tenía todo un Primer Ciclo con Diplomatura—, orientando su actividad docente hacia la lengua hebrea bíblica, por un lado, y hacia el pasado judío castellano y su papel en nuestra historia, por otro.

Por fin, y después de las gestiones pertinentes, estos estudios, al igual que los de árabe, fueron elevados a la categoría de plenamente universitarios, iniciándose así con el curso académico 1993-94 la licenciatura en Filología Hebrea —en su caso Filología Árabe—, cuyo programa de estudios (Res. 9-VII-1993, B.O.E. 26-VII-1993) se vertebra en dos ciclos de dos cursos anuales cada uno, divididos a su vez en dos cuatrimestres, resultando una duración total de cuatro años para toda la licenciatura.

Deseamos resaltar el hecho de que ante la desaparición de la especialidad de Filología Semítica, tradicional adecuación de específicos estudios árabes y hebraicos, complementarios sin duda, las propuestas que elevaron ambas cátedras procuraron con gran lucidez docente evitar la ruptura entre las dos lenguas y las dos culturas que la experiencia histórica, por tantos y tantos motivos, ha venido calificando siempre de mutua e inseparable riqueza.

Y de riqueza se puede calificar esta licenciatura en Filología Hebrea por la Universidad de Salamanca, no sólo para el ámbito universitario estatal español donde también se cursan estos estudios: Complutense de Madrid, Barcelona y Granada.

Dada su juventud, los estudios de Hebreo y Arameo de la Universidad de Salamanca forman Área perteneciente al Departamento de Lengua Española, uno de los departamentos de mayor raigambre y peso de la actual Facultad de Filología.

El campo de estos estudios es hoy en día un terreno intensivo de investigación que, además de las universidades, cuenta con numerosos centros de producción científica básica y aplicada. De otro lado, los Estudios Hebreos y Arameos se encuentran plenamente insertos en las instituciones académicas, con un elevado número de departamentos tanto en Europa como en el resto del mundo.

Así pues, cabe afirmar que, con un corpus disciplinar sólido y bien delimitado, dotados de estructuras organizativas de carácter científico y profesional a escala internacional y nacional, con una presencia pública notoria, los Estudios Hebreos y Arameos se encuentran firmemente establecidos como un campo de saber académico y profesional definido, con destacable misión en las varias veces centenario Estudio salmantino, una constante renovación y que, en el presente, goza de una especial actualidad y responde con elasticidad y consistencia a las cada vez más acuciantes necesidades de la sociedades avanzadas y de la sociedad globalizada.